Ser o no ser, ¿cómo te estás encasillando?
En marzo del 2022 empecé la carrera de coaching ontológico y desde el primer día que mi cabeza está así: 🤯. Yo pensaba que iba a ir a aprender a hacer preguntas para coachear a otras personas, y eso era todo, pero esa expectativa estaba muy baja y lejos de la realidad.
La definición formal de la disciplina es:
El coaching ontológico es una disciplina emergente que habilita una manera distinta de interpretar a las personas, su manera de actuar, de relacionarse, y alcanzar aquellos objetivos propuestos para sí mismos, sus empresas y también la sociedad en la que viven. Una de las bases en las que se apoya, es que el lenguaje no sólo describe la realidad, sino que gracias a él podemos construir nuevas realidades.
¿Qué?… ¿Construír nuevas realidades con mis palabras?
No tranqui, no te estoy mintiendo 😇, y acá te va la primera herramienta que podés usar para cambiar tu realidad.
¿Soy o estoy siendo?
Las personas nos encasillamos todo el tiempo, a veces sin darnos cuenta.
“Soy buena”, “Soy divertido”, “Soy desorganizada”, “No soy bueno para aprender X cosa”, “Qué tonta que soy que no me sale X cosa”, “Soy colgado”, “Soy desconfiada”, “Soy excelente en mi trabajo”, y muchos otros “soy”.
Al decir que soy de cierta forma lo estoy haciendo parecer permanente y que no hay chances que cambie. Para las cosas buenas está genial, por ejemplo: “soy buena persona”, siempre lo voy a ser y no es algo que quiera cambiar. Pero… ¿para las cosas malas? Y, no está tan bueno 😵💫.
Por ejemplo, si me convenzo de que “soy desorganizada”, le cierro la puerta en la cara al cambio, siendo que es algo momentáneo y que se puede cambiar si una quiere.
¿Cómo lo podés cambiar? Eso ya va a depender de vos y en otros artículos voy a compartirte algunas herramientas para el cambio de creencias, pero por ahora hay un mini-esfuerzo que podés hacer: no te etiquetes de por vida.
El truco está en cambiar el “soy” por “estoy siendo”.
“Estoy siendo desorganizada”, es fiel a la realidad: tengo el escritorio desordenado, no encuentro mis cosas, no tengo idea de qué voy a hacer mañana en mi trabajo y tengo una entrega pendiente hace 3 días. Pero no me limita. Hoy estoy siendo desorganizada, mañana no sé. Puede que lo siga siendo o puede que en las próximas semanas aprenda a organizarme mejor y ya no lo sea más, pero no es para siempre, no es determinante y eso es lo que importa 🙌.
Lo mismo lo podés extrapolar a cualquier otro ejemplo que aplique a vos, y también a cómo etiquetás a las demás personas. En eso hay que tener mucho cuidado…
¿Cuántas veces le habremos dicho a un compañero, a una amiga, a un hijo, “sos” seguido de algo no tan lindo? 😕
Sabé que todo lo que vimos aplica al otro, y que con el uso de nuestras palabras podemos potenciarlo en algo bueno o tirarlo completamente abajo y encasillarlo en que va a ser así por siempre.
Entonces, la idea es que de acá te lleves ese cambio tan chiquito, pero importante, en la forma de expresarte y que lo vayas practicando siempre que puedas, para cambiar el hábito de encasillarte a vos y a otros en cosas que no les suman en la vida 👎. Incluso quizás se te escape un “soy” que no quieras, pero siempre podés corregirlo en el momento 🏋️♀️.
Si te animás, te invito a compartir en los comentarios 1 “soy” que te estés diciendo y que tengas ganas de cambiar a partir de lo que leíste acá, y cómo lo reformularías en “estoy siendo” (aunque parezca obvio, es el primer paso para practicarlo 😅).
En el próximo artículo vamos a ver qué podemos hacer cuando “ya probamos todo y no funcionó nada” 😮.